El valor de lo humano:

cómo evaluar el ajuste cultural en posiciones ejecutivas.

Cuando pensamos en la selección de posiciones ejecutivas, solemos enfocarnos en la experiencia, los logros y las competencias técnicas. Sin embargo, hay un aspecto que muchas veces determina el éxito o el fracaso en estos cargos: el ajuste cultural. Y no hablamos solo de “encajar” en un lugar de trabajo; se trata de compartir valores, visión y formas de entender la gestión de las personas y de los negocios. Un ejecutivo que conecta con la cultura de la organización no solo lidera, también inspira, genera confianza y construye relaciones sólidas que impactan directamente en los resultados. 

Desde el rol de consultoría y headhunting, evaluar este ajuste implica ir más allá de la entrevista tradicional. El proceso comienza por comprender profundamente la cultura del cliente: entender la empresa, su enfoque, sus valores y la manera en que concibe el liderazgo es esencial para una búsqueda efectiva. Solo así es posible centrar la evaluación más allá de los estudios, logros o conocimientos específicos; escuchando activamente al candidato, comprendiendo sus motivaciones, revisando cómo ha gestionado equipos en diferentes contextos y contrastando esos aprendizajes con los pilares de la organización. 

Este proceso lo fortalecemos con el soporte de las evaluaciones de SHL, que nos permiten tomar decisiones basadas en evidencia y no solo en percepciones. Estas herramientas han demostrado que los líderes identificados a través de sus modelos alcanzan hasta un 22% más de desempeño y presentan un 82% mayor nivel de compromiso con las organizaciones. Integrar esta ciencia de datos con nuestra comprensión del cliente nos asegura procesos más precisos y, sobre todo, coherentes con la cultura que cada empresa busca preservar y fortalecer.

En posiciones ejecutivas, la técnica puede aprenderse o reforzarse, pero los valores y la manera de liderar son más difíciles de moldear. Por eso, el verdadero reto está en encontrar ese balance entre competencias y cultura, porque es ahí donde ocurre la magia: cuando la persona adecuada llega al lugar adecuado. Este es, a la vez, uno de los mayores retos y satisfacciones de nuestro rol: ver cómo una decisión acertada impacta no solo a la empresa, sino también a la persona y a quienes la rodean. Esa es la verdadera esencia y el propósito que nos mueve como compañía.