¿Cómo atraer y retener al talento joven?
Cultura, propósito y flexibilidad
La Generación Z (nacidos entre 1995 y 2010), representa el nuevo talento joven que se incorpora al mundo laboral. Es el primer grupo que ha crecido completamente inmerso en la era digital, lo que ha moldeado su mentalidad orientada a la innovación, la agilidad y el aprendizaje constante. En este contexto, tanto la atracción como la retención de este talento requieren un enfoque adaptado a sus características y principios. ¿Qué busca entonces esta generación a nivel laboral? más allá del salario, existen otros factores que tienen un peso significativo en lo que respecta al entorno laboral. Buscan un trabajo con un propósito claro, aprecian la flexibilidad y un ambiente diverso que les permita ser auténticos y sentirse valorados.
Atraer y retener talento joven es un desafío importante para muchas empresas. Por ello, resulta fundamental que las organizaciones ajusten sus procesos para conectar genuinamente con esta generación. Desde la etapa de atracción, es clave implementar estrategias ágiles y transparentes, apoyándose en herramientas de inteligencia artificial para optimizar la experiencia. Desde nuestra experiencia y conocimiento sobre marca empleadora, hemos identificado que incorporar interacciones digitales durante las fases de atracción, selección y contratación es una necesidad. Además, el lenguaje utilizado debe ser cercano y auténtico, capaz de reflejar la cultura y valores que la empresa promueve. De esta forma, no solo logramos captar la atención, sino que también establecemos un vínculo desde el primer contacto.
Una vez incorporado el talento, el reto es mantenerlo motivado y comprometido. Para esta generación, la flexibilidad laboral es esencial; por lo que adoptar modelos híbridos o remotos se convierte en una prioridad. También es clave crear una cultura que promueva el desarrollo profesional, ofrezca retos constantes y promueva el aprendizaje continuo, cuidando el balance entre la vida personal y laboral. Más que satisfacer sus demandas, se trata de reconocer que esta generación aporta nuevas perspectivas que pueden transformar positivamente a las organizaciones. Ejemplo de lo anterior, Roxy Williams, quien a sus 25 años es reconocida como una de las jóvenes más influyentes en el sector aeroespacial en LATAM; Alejandra Landae, quien a sus 27 años lidera la unidad de Vehículos Eléctricos para Chevrolet México y ha impulsado la participación femenina en el sector tecnológico; y Katya Echazarreta, quien a sus 29 años será la líder de la primera misión al espacio completamente latina.
Para reducir el impacto de estos desafíos, las empresas deben ir más allá de los modelos tradicionales y diseñar experiencias laborales que realmente respondan a las expectativas de este talento emergente. En esencia, buscan impacto, propósito y flexibilidad. Por eso, redefinir prácticas organizacionales es necesario y estratégico. Aquellas organizaciones que logren evolucionar estarán mejor posicionadas para atraer y retener a esta generación, que es ya protagonista en el mundo laboral.